Quizás han sido todas las semanas que he permanecido confinada cuando estábamos en cuarentena, el tiempo de más para pensar y tal vez, para poder afrontar esta situación, he madurado un poquito más.
- Me siento más cerca de la persona que quiero ser.
- Siento que aprovecho mejor el tiempo, que busco cualquier momento que pueda para escapar, respirar aire puro, cargarme y reconectar.
- Que disfruto más de lo que tengo, en lugar de pensar tanto en lo que me gustaría.
- Que me enfado menos, paso más y mi estrés se reduce.
- Que valoro más a quién tengo y aunque me muera del cansancio, me pienso más el decir; me apetece pero estoy cansada.
En mi caso, después de pararse mi vida entera con el confinamiento, creo que el cansancio empieza a estar sobrevalorado.
Noto que me vuelve a vibrar la energía, que quiero potenciarla y saborear esos instantes que me da.
Y con esta imagen del fin de semana, os deseo una genial semana. Estoy un poquito más desaparecida, pero disfrutando de la vida.
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