Al hilo del último post, os invito a deslizar la galería de imágenes adjuntas y completar la belleza y rareza de cada una de ellas.
Suelo seco, raíces, pinchos, ramas hacia abajo… ¿No os parece curiosa la similitud que podríamos hacer con nuestros cuerpos e imagen corporal?
Todos crecen fuertes y sanos dentro de su condición y circunstancia y no por ello son menos hermosos.
Cuando la sociedad nos hace objetos de un canon, un deseo, una aceptación y una realidad poco alcanzable en muchos casos, la salud queda a un segundo lado cuando debería ser nuestro principal objetivo.
Resistencias metabólicas, trastornos de la conducta alimentaria, ansiedad, depresión, problemas de hígado o riñón, son algunas de las consecuencias por intentar ser a toda costa aquello para lo que no somos capaces de alcanzar y mantener en el tiempo.
¿Le pedirías a un cactus que dejara de serlo para convertirse en rosa? ¿A qué precio?
Deja una respuesta